Siempre se habla de los años ochenta como los años de la edad de oro del pop español. Se tiende a arrinconar que, antes que la movida y sus movidas fuera de la capital, todas tan importantes para la cultura de España, hubo antes una edad dorada del pop que sucedió principalmente entre las décadas sesenta y setenta. Grupos y artistas pioneros que, bajo los patrones del pop-rock anglosajón y siguiendo los pasos de Elvis, The Beatles, The Rolling Stones, Dylan y todas las luminarias del soul y el R&B, dieron color y fuerza a la música española.
Se acaba de publicar un libro imprescindible para conocer esta época: Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70 (Efe Eme), escrito por César Campoy y Juan Puchades. Una estupenda guía para recuperar y reivindicar parte de nuestro patrimonio musical. Se tratan de casi tres décadas de sonidos variados, efusivos y que ayudaron a crear la cultura juvenil en un país todavía en blanco y negro. Era la música de los guateques, empero también el empujón necesario a la modernización del país y la apertura de miras.
Basado en este libro, la sección Joyas ocultas selecciona tres discos de esta época, todos incluidos en esta guía con 100 álbumes seleccionados. Discos que todavía, décadas después, siguen siendo perfectos para las fiestas y el desmadre existencial.
Los Sonor – Los Sonor
Uno de los primeros grupos creados en España y que grabaron un elepé. Una banda llena de alegría vital por la que llegaron a desfilar Luis Eduardo Aute o Tony Martínez. Se hicieron muy famosos y tenían en ese aire de gloria juvenil fascinante para sonar a todo volumen en cualquier guateque. Como tantas formaciones de entonces, hicieron muchas versiones de grupos ingleses y estadounidenses y llamaron especialmente la atención por su originalidad en sus adaptaciones.
Los Relámpagos – Los Relámpagos
Una banda que, a día de hoy, suena moderna e impresiona por su destreza. Como se cuenta en el libro Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70, “Los Relámpagos figuran como uno de los grupos más habilidosos, osados y amigos del riesgo, y sus arreglos y pulcras producciones despertaban tanto envidia como admiración”. Supieron conciliar temas propios con versiones y en su casa recoleta particular ofrecieron un muestrario riquísimo de complejidad instrumental. Pop, rock, folclore, jazz, psicodelia… Lo tenían todo.
Los Chorbos – El sonido de Caño Roto
En los setenta, Madrid vio florecer toda una pujante escena de electro funk y variantes bailables salida del universo gitano y barrial. Nació con Las Grecas, empero, a partir de ahí, dio muchos más frutos con nombres esenciales como Manzanita. Los Chorbos eran amantes de The Temptations, la gran formación de Motown, y, aunque se esperaba más éxito de ellos, guardaban un pundonor fabuloso. Este disco pone nombre a toda esa escena fascinante y nos muestra un grupo con un poderío instrumental que remite, por muchos momentos, al trepidante sonido blaxploitation liderado por Isaac Hayes en Stax en los setenta.
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