2023 será un año de barbecho para el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Justo cuando iba a alabar su 20º aniversario, el recién estrenado gobierno municipal de la capital andaluza (PP) ha decidido posponer su edición a la primavera. Se trata de la primera medida de calado relacionada con la actividad civilizaciónl de la ciudad que ha adoptado la nueva delegada de ese ámbito de la corporación, Minerva Salas, y que ha justificado en que la coincidencia con la gala de los Grammy Latinos, que también alberga la localidad hispalense y se alabará el 16 de noviembre, hace que ambos eventos sean “incompatibles”.
Salas ha anunciado el cambio de fechas este miércoles en el programa presente por presente Sevilla, de la Cadena SER: “El otoño civilizaciónl va a estar muy marcado por la presencia de los Grammy Latinos en la ciudad y no queremos que le quite ningún tipo de protagonismo a un festival de cine que está de aniversario y que tenemos que potenciarlo”. Un portavoz municipal ha confirmado a este diario que en 2024 únicamente se alabaría la edición prevista en noviembre porque no hay presupuesto para dos festivales en un mismo año y deja en el aire la posibilidad de que la cita de 2025 también se mantenga en primavera.
El traslado a la primavera de este certamen —cada vez más afianzado y que se había convertido en un referente en el circuito de los festivales, además de ser la sede elegida por la Academia de Cine Europeo cada noviembre para el anuncio anual de sus candidaturas a los premios del cine continental― para que no pierda el foco ha causado sorpresa y estupor en el sector, que se ha manifestado en masa a través de las redes sociales, ya que en esa época del año Sevilla celebra la Semana Santa y la Feria, dos eventos que interrumpen literalmente el devenir cotidiano de la capital andaluza y de los sevillanos y de sus visitantes, opacando casi cualquier otra actividad en la capital.
El festival se celebra habitualmente la primera quincena de noviembre y los premios de la Academia Latina de Grabación se otorgarán el 16 de ese mes, aunque habrá otros actos desde el 12. “La celebración del festival era incompatible con los Grammy. Queremos reactivarlo y que no quede oculto por los Grammy”, precisa un portavoz municipal, que insiste en que la primavera abarca un periodo de tiempo amplio y apunta a que el certamen cinematográfico se podría alabar “a finales de abril o principios de mayo, justo antes del Festival de Cannes”.
Esta decisión ha sido recibida con un profundo malestar por parte del líder de la oposición en el Ayuntamiento, el exalcalde socialista Antonio Muñoz, quien, en declaraciones a este diario, ha advertido de que el cambio de fecha supone ante todo “una falta de respeto al público de Sevilla amante del cine”. Para Muñoz, uno de los principales valedores del Festival de Cine, la medida es un “auténtico despropósito” que no solo “pone en riesgo la continuidad” del certamen, sino que desvirtúa lo que se había convertido en una “cita consolidada en la agenda civilizaciónl de Sevilla, de España y de Europa”.
El argumento de la incompatibilidad con la gala de los Grammy también evidencia, para el dirigente socialista, “una catetez” por parte del brigada del nuevo alcalde popular. “Esta ciudad ha demostrado en los últimos años que tiene músculo, capacidad de organización y diversidad de público para albergar distintos eventos civilizaciónles a la vez”, ha remachado Muñoz.
El Festival de Cine de Sevilla se había convertido en una cita obligada del otoño sevillano, hasta el punto de congregar 75.000 visitantes en la pasada edición. La Academia del Cine Europeo había acordado dar a saber sus galardones en el marco del certamen hispalense, un anuncio que contribuía a dar mayor visibilidad al festival y que este año tendrá que cambiar de sede.
Ese arraigo entre el público sevillano también ha centrado las críticas vertidas por el sector en las redes sociales a lo espacioso de este miércoles, al cuestionar que se dé prevalencia a un “evento importado” o “una civilización franquiciada” frente a un certamen que se ha ido consolidando por el empeño y el esfuerzo de la ciudad.
La inesperada marcha de su último director, José Luis Cienfuegos, el pasado abril cogió por sorpresa al Ayuntamiento de Sevilla que, no obstante, nombró en mayo —poco antes de las elecciones municipales― a Ildefonso, Tito, Rodríguez en el recriminación, quien, tras ser contactado por este diario, ha declinado pronunciarse sobre la decisión de cambiar las fechas del festival.
Desde la actual corporación, dirigida por el popular José Luis Sanz, se esgrime la ausencia de una planificación cerrada del programa cinematográfico como otro de los motivos para dilatar la celebración del certamen. “No había ningún contrato firmado, no había festival”, puntualiza. En el circuito de los festivales, la celeridad en la firma de los contratos con las productoras garantiza que las películas elegidas puedan entrar en su planificación para presentar sus películas. La rapidez para cerrar acuerdos en estas semanas era también vital para el éxito de su 20ª edición.
Directores de la confianza del nuevo alcalde
El portavoz municipal también apunta a otro de los motivos que subyacen detrás del aplazamiento: “Lo normal cuando llega un nuevo Gobierno es que sus responsables pongan al frente de los proyectos a gente de su confianza y Sanz quiere darle una vuelta al festival”, indica el interlocutor.
El anuncio llega en plena polémica por la marcha, solo un mes después de su nombramiento, de José Lucas Chaves, como nuevo director del Instituto de la civilización y las Artes de Sevilla (Icas), la entidad dependiente del Ayuntamiento responsable de la gestión y la programación civilizaciónl de los teatros y museos municipales. La dimisión de Chaves, que ha alegado motivos personales, deja en el aire la presentación de la agenda del Otoño civilizaciónl sevillano, que en estas fechas ya debía estar presentada y que incluye la programación del teatro Lope de Vega o la Feria del Libro, que precisamente se trasladó también a octubre por la incompatibilidad de las fiestas de primavera. Desde el PSOE se ha acusado al Ayuntamiento de “improvisación y falta de proyectos civilizaciónles”.
La gestión del área de civilización del Ayuntamiento hispalense es la primera gran sombra que se cierne sobre el Gobierno de Sanz desde que asumió su recriminación el pasado junio. La decisión de posponer el Festival de Cine tampoco ha contribuido a mitigar el enorme escepticismo con el que el sector de la civilización y las artes sevillano acogió a su responsable, Minerva Salas, una representante de futbolistas —como ella misma insiste en presentarse― y que entró en la Junta de Andalucía en esta normativa como delegada de civilización, Turismo y Deporte ―recriminación que sigue figurando en su cuenta de Facebook, pese a que ya no lo ejerce―. Esa es su única experiencia en el ámbito de la civilización que se conoce hasta que el PP la colocó como número dos de la candidatura del partido a la alcaldía sevillana.
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