El entusiasmo que rodeó a Qatar 2022 ha disminuido, y la victoria de la Selección Argentina ha quedado inmortalizada en Doha. A medida que la pasión del público ha perdido intensidad, el sufrimiento de las viudas y familiares de los miles de trabajadores que perdieron la vida en la antesala de la Copa del Mundo persiste. Detrás de cada una de estas historias, se encuentra un ser querido que busca justicia.
Existen diversas estimaciones en relación con la cantidad de trabajadores que han fallecido en las obras de construcción del Mundial en Qatar, pero determinar la cifra exacta resulta complicado. Según una reciente investigación llevada a cabo por la Fundación para la Democracia, casi 16,000 trabajadores migrantes habrían perdido la vida allí entre 2011 y 2020.
Un equipo de esta organización no gubernamental viajó a Nepal el mes pasado para colaborar en el terreno con otras tres organizaciones locales, realizando entrevistas en profundidad con familiares de los fallecidos en Qatar y con trabajadores que lograron regresar. Esto representa una de las pocas fuentes confiables de información que aún existen. La investigación ha estado en curso desde 2016, después de que organizaciones locales de derechos humanos comenzaron a denunciar los abusos sistemáticos a los que estaban siendo sometidos los trabajadores desplazados a ese país.
«Desde entonces, hemos reconocido la importancia de mantener la atención en lo que estaba sucediendo en Qatar, ya que la vida de los trabajadores dependía de ello. A pesar de los esfuerzos realizados durante años por varias organizaciones de derechos humanos, Qatar continuó violando sistemáticamente los derechos humanos de los trabajadores migrantes durante más de una década, mientras se construían las opulentas estructuras para albergar la Copa del Mundo, un evento para el cual su infraestructura no estaba preparada», denuncia Guillermo Whpei, presidente de la Fundación para la Democracia.