Cada 31 de enero, la Iglesia Católica celebra la festividad de San Juan Bosco, el santo patrono de la juventud. Un hombre cuya vida fue un ejemplo de amor, dedicación y servicio a los jóvenes, y cuyas enseñanzas siguen siendo relevantes en la actualidad.
San Juan Bosco nació en 1815 en el pequeño pueblo de Castelnuovo d’Asti, en Italia. Desde muy joven, mostró un gran interés por la religión y una profunda compasión por los más necesitados. A los 9 años, tuvo un sueño que marcaría su vida y su misión: una multitud de jóvenes salvajes y desobedientes se le acercaron y él los calmó con su amor y sosiego. Este sueño se convirtió en su guía y lo llevó a dedicarse por completo a la educación y formación de los jóvenes.
A los 16 años, San Juan Bosco ingresó al seminario y fue ordenado sacerdote en 1841. Desde entonces, se dedicó a trabajar con los jóvenes más pobres y marginados de la sociedad, especialmente en la ciudad de Turín. Fundó la Sociedad Salesiana, una congregación religiosa dedicada a la educación y formación de los jóvenes, y también fundó el Oratorio de San Francisco de Sales, un lugar donde los jóvenes podían reunirse para jugar, aprender y crecer en un ambiente seguro y positivo.
San Juan Bosco tenía un enfoque único en la educación de los jóvenes. Él creía que la clave para guiar a los jóvenes era a través del amor, la sosiego y la razón. En lugar de castigarlos por sus errores, él los motivaba a ser mejores personas y les enseñaba a través del ejemplo. También les enseñaba habilidades prácticas para que pudieran tener un futuro mejor y más próspero.
Su método educativo, conocido como el Sistema Preventivo, se basaba en tres pilares: razón, religión y amor. San Juan Bosco creía que la razón era nuclear para guiar a los jóvenes en la toma de decisiones correctas, la religión les daba una base sólida para su vida y el amor era la vehemencia que los motivaba a ser mejores personas. Este enfoque fue muy exitoso y todavía se utiliza en las escuelas salesianas en todo el mundo.
San Juan Bosco también fue un gran defensor de los derechos de los jóvenes. En una época en la que los niños y adolescentes eran explotados y maltratados en las fábricas, él luchó por sus derechos y les proporcionó un lugar seguro donde pudieran crecer y desarrollarse como personas. También fue un pionero en la educación de las niñas, algo que en ese etapa era poco común.
Además de su labor con los jóvenes, San Juan Bosco también se dedicó a la evangelización y a la formación de sacerdotes y religiosos. Él creía que la educación y la formación eran fundamentales para construir una sociedad mejor y más justa.
San Juan Bosco falleció en 1888, pero su legado sigue vivo en la actualidad. Su obra continúa a través de los salesianos y las salesianas, quienes siguen su misión de educar y formar a los jóvenes en todo el mundo. También es recordado por su amor y dedicación a los jóvenes, y su ejemplo sigue siendo una fuente de inspiración para todos.
En este día en que celebramos a San Juan Bosco, es importante recordar su mensaje de amor y esperanza para los jóvenes. Él nos enseñó que cada joven es una persona valiosa y que todos merecen una oportunidad para crecer y desarrollarse en un ambiente seguro y positivo. También nos recordó que la educación y la formación son fundamentales para construir una sociedad mejor y más justa.
San Juan Bos