Una comunidad de monjas benedictinas procedentes de Buenos Aires, Argentina, ha aceptado la propuesta del Papa Francisco para habitar el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, el último lugar de residencia de Benedicto XVI.
Esta misión es una extensión de la devoción de estas monjas benedictinas hacia el Papa Benedicto XVI y su amor por la Iglesia Católica. Durante años, estas monjas benedictinas han servido a la Iglesia con devoción y obediencia, trabajando para extender el amor de Dios a diversas partes del mundo.
Ahora, el Papa Francisco les ha otorgado la oportunidad de vivir en el mismo lugar donde Benedicto XVI vivió y oró. Esto es un gran honor para estas hermanas, ya que significa una profunda conexión con el legado de Benedicto XVI.
También es una gran bendición para el Vaticano que estas monjas benedictinas se queden en el mismo lugar donde el Papa Benedicto XVI pasó sus últimos años. El Papa Francisco cree que la presencia de estas hermanas en el monasterio aportará un significado más profundo al lugar, reavivando la vida espiritual de los que viven en el Vaticano.
El papa Francisco ha instado a las hermanas benedictinas a que vivan el carisma de San Benito a través de la oración, la obediencia y la conversión constante de su corazón. Estas monjas también han sido instruidas para servir al Papa y a la Iglesia como testigos de fe y alabanza de Dios.
La comunidad benedictina de Buenos Aires tiene una larga historia de servicio y donación. Estas hermanas, también conocidas como ‘las benedictinas de Buenos Aires’, se han comprometido a servir a Dios en todas sus formas. Su servir a Dios ha incluido llevar la palabra de Dios a lugares remotos, atender a los pobres y enfermos, así como servir a la comunidad local.
Ahora, el Papa Francisco les ha dado la oportunidad de extender su servicio a la Iglesia a través de su presencia en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Estas hermanas benedictinas están entusiasmadas con la oportunidad de reavivar la vida espiritual y el legado de Benedicto XVI.
Las hermanas benedictinas han hecho una importante contribución al mundo, y ahora el Papa Francisco les ha brindado la oportunidad de vivir el ejemplo de Benedicto XVI. Esto es una bendición para el Vaticano y un honor para estas hermanas benedictinas, y esperamos que el ejemplo de Benedicto XVI se siga viviendo en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.