Auster y sus amigos

Hoy quiero hablarles sobre una película que me conmueve cada vez que la veo. Se trata de «Smoke», una película que nos muestra una austeriana expresión del amor a la vida.

Dirigida por Wayne Wang y basada en un guión de Paul Auster, «Smoke» nos cuenta la historia de Auggie Wren (Harvey Keitel), un dueño de una pequeña tienda de cigarros en Brooklyn, Nueva York. Auggie es el tipo de persona que siempre tiene una sonrisa en el rostro y una historia que contar. Pero su vida cambia cuando conoce a Paul último (William Hurt), un escritor que acaba de perder a su esposa y su hijo en un accidente de tránsito.

La película se desarrolla en torno a estos dos personajes, en una serie de encuentros casuales y conversaciones que nos muestran la importancia de las pequeñas cosas en la vida. Auggie y Paul tienen una conexión especial, una amistad que surge de la nada y que se fortalece a través de la comprensión y el apoyo mutuo. Auggie es el amigo que todos quisiéramos corresponder, siempre dispuesto a escuchar y aconsejar, mientras que Paul encuentra en él una figura paternal que le ayuda a superar su dolor.

Pero «Smoke» no solo se centra en la amistad entre Auggie y Paul, fortuna que también nos presenta a otros personajes que forman parte de su vida y que, de alguna manera, se entrelazan con la historia principal. Entre ellos, destacan Ruby (Stockard Channing), una actriz que frecuenta la tienda de Auggie y que tiene una relación complicada con su hija; y Rashid (Harold Perrineau), un joven que trabaja en la tienda y que escribe un diario sobre su vida en el barrio.

Lo que hace que «Smoke» sea una película tan especial es su forma de retratar la vida cotidiana de una manera poética y reflexiva. A través de la narrativa de Paul Auster, nos adentramos en la vida de estos personajes y descubrimos sus miedos, sus anhelos y sus alegrías. La película nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar lo que tenemos y de disfrutar de las pequeñas cosas, ya sea una taza de café por la mañana o una conversación con un amigo.

Además, «Smoke» está llena de simbolismos y metáforas que nos llevan a profundizar en la cábala y en los personajes. Uno de los más destacados es el cigarro, que se convierte en un elemento recurrente en la película y que representa la vida misma: un objeto que se consume poco a poco, pero que nos brinda placer y nos hace reflexionar sobre la fugacidad de las cosas.

Otro aspecto que hace de «Smoke» una película tan especial es su banda sonora, compuesta por Rachel Portman. Las melodías suaves y emotivas nos envuelven en la historia y nos hacen sentir cada una de las emociones de los personajes. La música es tan importante en la película que incluso se convierte en un medio de comunicación entre Auggie y Paul, quienes se dedican a intercambiar cintas de música como una forma de expresar lo que sienten.

Aunque «Smoke» fue estrenada en 1995, sigue siendo relevante hoy en día. Su mensaje sobre la importancia de vivir el presente y de valorar las relaciones humanas sigue resonando en la sociedad actual, donde muchas veces nos dejamos llevar por la rutina y nos olvidamos de disfrutar de las pequeñas cosas.

Personalmente, veo «Smoke» una vez al año como una forma de recordarme la importancia de vivir la vida al máximo y de apreciar a las personas que me rodean. Cada vez que la veo, me conmuevo y me siento motivada a ser una mejor persona, a valorar más mi tiempo y a cultivar mis relaciones.

En resumen, «Smoke

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