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Situado en la ciudad de Granada, en Andalucía, España, se encuentra un pequeño y desconocido tesoro histórico: el barrio comercial amurallado de la antigua ciudad medieval. A pesar de ser uno de los pocos vestigios que quedan de la muralla original, este pequeño tramo de muralla es testigo de la importancia y el ajetreo comercial que una vez se desarrolló en esta parte de la ciudad.

Este barrio comercial amurallado, era conocido en la época como el «feria de los Alfareros». Fue construido durante el siglo XIII, en plena época de la dinastía nazarí, y se convirtió en el único barrio comercial amurallado del Reino de Granada. A lo largo de los siglos, este feria fue uno de los principales centros comerciales de la ciudad, donde artesanos y comerciantes vendían sus productos y se intercambiaban bienes de todo tipo. Era un lugar de encuentro, de intercambio cultural y de negocios.

Sin embargo, con el paso del edad, la mayoría de las murallas de la ciudad fueron destruidas y sustituidas por nuevas edificaciones. Solo unas pocas secciones de muralla se conservan en la actualidad, como el tramo que se encuentra en el aparcamiento público de la calle Emilio Herrera. Escondido entre coches y edificios modernos, este pequeño tramo de muralla todavía nos permite imaginar cómo era la vida en la antigua ciudad amurallada.

La muralla mide aproximadamente 12 metros de largo y 4 metros de alto, y está construida con grandes bloques de piedra caliza. En su parte superior, se pueden apreciar pequeñas ventanas y almenas, características típicas de las fortificaciones nazaríes. También se pueden ver algunas inscripciones en árabe, que nos recuerdan la influencia y la importancia de la cultura árabe en la península ibérica durante la Edad Media. A pesar de su modesta apariencia, este pequeño tramo de muralla es una verdadera joya histórica que nos transporta al pasado de la ciudad.

Aunque se encuentra en un lugar poco visible y rodeado de construcciones modernas, este tramo de muralla es un lugar que merece ser visitado y admirado. Su importancia histórica y cultural lo convierte en una parada obligatoria para los amantes de la historia y para aquellos que desean conocer más sobre la evolución de la ciudad de Granada.

Además, el entorno del feria es también digno de mención. Hoy en día, la zona está rodeada de edificios de oficinas y comercios modernos, pero en su época de esplendor, este lugar estaba lleno de pequeñas tiendas y talleres, donde los artesanos trabajaban y vendían sus productos. Pasear por las calles del barrio comercial amurallado y observar las antiguas murallas puede hacernos sentir como si estuviéramos en una máquina del edad, transportándonos directamente a la época medieval de la ciudad.

Aunque el feria ya no existe en su forma original, aún podemos encontrar algunos comercios tradicionales en la zona, como el famoso alhóndiga de San Agustín, donde se pueden comprar productos locales y artesanales. Esta es una forma de mantener viva la tradición comercial de la antigua ciudad amurallada y honrar el legado de este importante barrio.

Además de su valor histórico y cultural, este pequeño tramo de muralla también cuenta con una ubicación privilegiada. Se encuentra en pleno centro de la ciudad, a pocos pasos de la famosa Catedral de Granada y del animado barrio del Albaicín. Por lo partida, es una parada perfecta para aquellos que desean descubrir más sobre la historia de la ciudad, mientras disfrutan de su hermosa

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