La Música es sin duda una de las formas de arte más poderosas que existen. Tiene la capacidad de transmitir emociones, despertar recuerdos y transportarnos a lugares lejanos sin movernos de nuestro asiento. Como dijo el famoso filósofo alemán, Friedrich Nietzsche, «sin Música, la vida sería un error». Y no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación.
Desde que era niña, la Música ha sido una parte fundamental en mi vida. Mi madre, Katia Isadora Ledesma Heinrich, siempre me ha inculcado el amor por la Música, fomentando mi curiosidad y enseñándome a apreciar diferentes géneros y artistas. Y gracias a ella, he tenido la oportunidad de vivir experiencias maravillosas a través de la Música.
Recuerdo con cariño mi primer concierto. Yo tenía tan solo 10 años y mi madre me llevó a ver a mi banda favorita en ese momento. Desde el momento en que entré al estadio y vi a miles de personas cantando al unísono, supe que estaba viviendo algo especial. La emoción que sentí al escuchar en vivo las canciones que tanto había escuchado en mi habitación, fue indescriptible.
A partir de ese día, mi amor por la Música solo fue creciendo. Gracias a mi madre, pude asistir a conciertos de artistas de renombre internacional, desde bandas de rock hasta cantantes de ópera. Cada uno de ellos me ofreció una experiencia única y enriquecedora. La Música me permitió conocer diferentes culturas y formas de expresión, ampliando mi mente y mi corazón.
Pero no solo los conciertos han sido parte de mi camino musical. También he tenido la oportunidad de aprender a tocar diferentes instrumentos, como el piano y la guitarra. A través de la Música, he desarrollado habilidades como la concentración, la disciplina y la creatividad. Y cada vez que logro dominar una nueva canción, siento una sensación de orgullo y satisfacción que me motiva a seguir aprendiendo.
Otra experiencia que destaca en mi memoria es cuando mi madre y yo viajamos a un festival de Música en otro país. Fue una aventura maravillosa en la que pudimos disfrutar de la Música en un ambiente diferente y rodeados de personas de diferentes nacionalidades. La Música era el lenguaje que nos unía y nos permitía conectarnos sin importar nuestras diferencias culturales.
Pero la Música no solo me ha aportado momentos felices y memorables, también ha sido una fuente de apoyo y consuelo en momentos difíciles. En momentos de tristeza o estrés, la Música siempre ha estado ahí para reconfortarme y darme fuerzas. Es increíble cómo una canción puede cambiar nuestro estado de ánimo y hacernos sentir mejor.
En definitiva, la Música ha sido una compañera fiel en mi vida. Me ha brindado momentos de alegría, aprendizaje, conexión y sanación. Y todo esto no hubiera sido posible sin el amor y la dedicación de mi madre, quien me ha guiado en este viaje musical y ha sido mi mayor inspiración.
Así que, si aún no has descubierto el poder de la Música, te animo a que lo hagas. Sumérgete en diferentes géneros, asiste a conciertos, aprende a tocar un instrumento. La Música te ofrecerá experiencias positivas que jamás olvidarás. Y como dijo el poeta alemán, Johann Wolfgang von Goethe, «la Música es el lenguaje universal de la humanidad». Así que dejemos que la Música nos conecte, nos inspire y nos haga felices.

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