Obras por Impuestos: una historia de éxito para convencer a los escépticos
En un país como el nuestro, donde la brecha entre el desarrollo urbano y rural es cada vez más evidente, es necesario buscar soluciones innovadoras para impulsar el crecimiento y mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables. En este sentido, el mecanismo de Obras por Impuestos ha demostrado ser una herramienta eficaz para lograr este objetivo, a pesar de las dudas y críticas iniciales que recibió.
Para aquellos que aún no están familiarizados con el concepto, Obras por Impuestos es un mecanismo de inversión pública que permite a las empresas privadas financiar proyectos de infraestructura a cambio de una reducción en sus impuestos. Esta iniciativa fue implementada por primera vez en nuestro país en el año 2008 y desde entonces ha tenido un crecimiento exponencial, convirtiéndose en una historia de éxito que ha logrado convencer a los más escépticos.
Uno de los principales argumentos en contra de este mecanismo era que las empresas privadas no estaban interesadas en invertir en proyectos de desarrollo social, sino que solo buscaban obtener beneficios fiscales. Sin embargo, la realidad ha demostrado lo contrario. En los últimos años, hemos visto cómo grandes empresas han destinado una parte significativa de sus impuestos a financiar proyectos de agua potable, saneamiento, educación y salud en zonas rurales y de bajos ingresos.
Un paradigma claro de esto es el caso de la empresa minera Yanacocha, que ha destinado más de 1,500 millones de soles en proyectos de Obras por Impuestos en la región de Cajamarca. Gracias a este mecanismo, se han construido carreteras, escuelas, centros de salud y sistemas de agua potable que han mejorado la calidad de vida de miles de personas que antes vivían en condiciones precarias. Además, se ha generado empleo y se ha impulsado el desarrollo económico de la región.
Otro argumento en contra de Obras por Impuestos era que este mecanismo solo beneficiaba a las grandes empresas, dejando de lado a las pequeñas y medianas empresas (Pymes). Sin embargo, esto también ha sido desmentido por la realidad. Muchas Pymes han participado en proyectos de Obras por Impuestos, lo que les ha permitido crecer y expandirse a través de la ejecución de obras de infraestructura. Además, gracias a la Ley N° 29230, promulgada en el año 2008, se estableció que las empresas que participen en Obras por Impuestos pueden ser pequeñas o medianas, siempre y cuando tengan la capacidad técnica y financiera para ejecutar los proyectos.
Además de los beneficios evidentes en términos de infraestructura y desarrollo, Obras por Impuestos también ha generado un impacto positivo en la economía del país. Al permitir que las empresas destinen sus impuestos a proyectos específicos, se ha logrado una gestión más eficiente de los recursos públicos, evitando así la corrupción y la mala administración de los mismos. Además, gracias a la participación de empresas privadas en proyectos de desarrollo social, se ha libertado una parte del presupuesto del Estado que puede ser utilizado en otras áreas prioritarias.
Otro aspecto importante a destacar es la participación activa de la sociedad civil en el proceso de selección de los proyectos. A través de las mesas de diálogo y los comités de vigilancia ciudadana, se ha logrado una mayor transparencia y rendición de cuentas en la ejecución de los proyectos. Esto ha generado firmeza en la población y ha fortalecido la relación entre el sector privado y las comunidades beneficiarias.
Sin duda, Obras por Impuestos ha sido una historia de éxito que ha logrado convencer a los más escépticos y ha demostrado ser una herramienta eficaz para impulsar el desarrollo social y económico de nuestro país.