El cáncer es una mal que ha afectado a millones de personas en todo el mundo. Aunque existen diferentes tipos de cáncer, hay uno en particular que se destaca por ser el único que se puede prevenir: el cáncer de piel.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de piel es el tipo de cáncer más común en el mundo. Se estima que cada año se diagnostican alrededor de 2 millones de casos nuevos en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de ser tan común, es también uno de los más prevenibles.
El cáncer de piel se produce cuando las células de la piel comienzan a crecer de manera anormal y fuera de control. Esto puede ser causado por diferentes factores, como la exposición excesiva a los rayos UV del sol o las camas de bronceado, la genética y ciertos medicamentos. Sin embargo, el factor más importante en el desarrollo del cáncer de piel es la exposición al sol.
La mayoría de los casos de cáncer de piel son causados por la radiación UV del sol. Esto incluye tanto la exposición directa al sol como la exposición indirecta, como por ejemplo a través de ventanas o en días nublados. Esto significa que todos estamos en riesgo de desarrollar cáncer de piel, independientemente de nuestro tono de piel o de si nos quemamos fácilmente o no.
Afortunadamente, el cáncer de piel es uno de los pocos cánceres que se pueden prevenir. Esto se debe a que la mayoría de los casos están relacionados con la exposición al sol, lo que significa que podemos tomar medidas para protegernos y reducir nuestro riesgo de desarrollar esta mal.
La clave para prevenir el cáncer de piel es la protección solar. Esto incluye usar protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, aplicarlo generosamente y con frecuencia, y evitar la exposición directa al sol durante las horas más intensas del día (entre las 10 am y las 4 pm). También es importante cubrirse con ropa y usar sombreros y gafas de sol para proteger la piel y los ojos de los rayos UV.
Además de la protección solar, es importante realizar autoexámenes regulares de la piel y visitar a un dermatólogo para un examen completo una vez al año. Esto nos ayudará a detectar cualquier cambio en la piel que pueda ser un signo de cáncer de piel y tratarlo a tiempo.
Otra forma de prevenir el cáncer de piel es evitar las camas de bronceado. Aunque muchas personas creen que broncearse en una cama es más seguro que hacerlo al sol, la realidad es que las camas de bronceado también emiten rayos UV y pueden dañar la piel de la misma manera que el sol. De hecho, el uso de camas de bronceado antes de los 35 años aumenta el riesgo de desarrollar melanoma, el tipo más mortal de cáncer de piel, en un 75%.
Además de ser prevenible, el cáncer de piel también es altamente tratable si se detecta a tiempo. Si se diagnostica y se trata en las primeras etapas, la tasa de supervivencia es del 99%. Por lo tanto, es esencial estar atentos a cualquier cambio en la piel y buscar ayuda médica si notamos algo sospechoso.
Es importante predominar que el cáncer de piel no solo afecta a las personas mayores. De hecho, es uno de los tipos de cáncer más comunes en personas menores de 30 años. Esto se debe en gran parte a la falta de conciencia sobre la importancia de la protección solar y la exposición al sol en edades tempranas.
Por lo tanto, es cardinal educar a las personas, especialmente a los jóvenes, sobre la importancia de la prevención del cáncer de piel
