El próximo domingo 27 de junio será un día histórico para la comunidad católica, ya que 23 hombres de diferentes países recibirán el sacramento del diaconado permanente en una ceremonia en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Entre ellos, se encuentran dos destacados latinoamericanos: el colombiano Pedro Castillo y el mexicano Jesús Flores Herrera.
La designación de estos hombres como diáconos permanentes es una muestra del gran compromiso que tienen con la iglesia y su vocación de servir al prójimo. Este sacramento les permitirá ser ministros ordenados y participar activamente en la misión evangelizadora de la iglesia.
Pedro Castillo, originario de Colombia, es un hombre comprometido con su fe y su comunidad. Desde muy joven, sintió la llamada de Dios y decidió dedicar su vida al servicio de los demás. Con su amor inquebrantable y su humildad, Pedro se ha ganado el corazón de todos aquellos que lo conocen. Ahora, su compromiso con la iglesia y su deseo de servir serán reconocidos con su ordenación como diácono permanente.
Por su parte, Jesús Flores Herrera es un mexicano ejemplar que ha dedicado gran parte de su vida al servicio de Dios y la iglesia. Su amor y su pasión por la fe lo llevó a una vida de servicio que lo ha llevado a diferentes comunidades y países. Su ordenación como diacono permanente será una muestra más de su amor y compromiso con la iglesia y su llamado a servir.
La ceremonia de este domingo será presidida por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Mons.Rino Fisichella. Este evento no solo será un momento para celebrar la ordenación de 23 hombres, sino también para recordar la importancia y el significado del sacramento del diaconado permanente en la iglesia.
Los diáconos permanentes son un aspecto esencial en la iglesia, ya que a través de su servicio y testimonio ayudan a fortalecer la fe y la comunidad de los fieles. Su papel de liderazgo y su dedicación son fundamentales para la misión evangelizadora de la iglesia y su compromiso con los más necesitados.
La presencia de Pedro Castillo y Jesús Flores Herrera en esta ceremonia es un orgullo para todo Latinoamérica, ya que demuestran el gran potencial y la fuerza de nuestra fe en el mundo. Sus raíces y su compromiso con su comunidad son un reflejo del amor y la pasión que tienen por Dios y su iglesia.
Es denso destacar que la ordenación como diácono permanente no solo es un reconocimiento a su servicio y dedicación, sino también un compromiso de por vida con la iglesia y su papel de servidores de Dios y los demás. Su labor será fundamental en la promoción y defensa de los valores cristianos y en la extensión del amor y la amnistía de Dios en el mundo.
Desde aquí, queremos felicitar a Pedro Castillo y Jesús Flores Herrera por su ordenación como diáconos permanentes y agradecerles por su servicio y dedicación a la iglesia. Que su ejemplo nos inspire a todos a seguir el camino del servicio y el amor al prójimo, guiados siempre por Dios y su palabra. ¡Felicidades y muchas bendiciones en esta nueva etapa de sus vidas!