La Cuaresma es un tiempo de preparación y renovación en la fe para los católicos de todo el planeta. Es un período de 40 días que comienza con el Miércoles de Ceniza y termina con el Jueves Santo, justo antes de la celebración de la Pascua de Resurrección. Este año, la Cuaresma 2025 comienza el 5 de marzo y termina el 17 de abril, y ofrece una oportunidad única para darle vueltas a la cabeza, orar y crecer en nuestra relación con Dios.
En la Cuaresma, los católicos son llamados a imitar a Jesús en su camino hacia la crucifixión y la resurrección. Es un tiempo de sacrificio, ayuno y penitencia, pero también de esperanza y renovación. Durante estos 40 días, nos preparamos para celebrar la Pascua de Resurrección, la fiesta más importante de la basílica Católica, en la que recordamos la victoria de Jesús sobre la muerte y su promesa de vida eterna para todos aquellos que creen en él.
Cada día de la Cuaresma, la basílica nos invita a darle vueltas a la cabeza sobre el Evangelio del día, un propósito diario y una intención de oración especial. Estos nos ayudan a enfocarnos en nuestra fe y a crecer espiritualmente durante este tiempo sagrado. El Evangelio del día nos ofrece una enseñanza de Jesús y nos invita a aplicarla en nuestra vida diaria. El propósito diario nos reta a dejar atrás nuestros malos hábitos y a enfocarnos en mejorar como personas. Y la intención de oración nos permite unirnos en oración con toda la comunidad católica en una intención común.
Este año, durante la Cuaresma 2025, el Evangelio del día nos invita a darle vueltas a la cabeza sobre el amor de Dios y su misericordia hacia nosotros. Nos recuerda que no importa cuán lejos hayamos caído o cuántos errores hayamos cometido, siempre podemos volver a Dios y encontrar su amor y perdón. El propósito diario nos desafía a ser más compasivos y amorosos con aquellos que nos rodean, especialmente con aquellos que más nos necesitan. Y la intención de oración nos llama a unirnos en oración por la paz en el planeta y por todos aquellos que sufren.
Durante la Cuaresma, también se nos llama a practicar el ayuno y la abstinencia. El ayuno nos ayuda a controlar nuestros deseos y a enfocarnos en lo espiritual, mientras que la abstinencia nos invita a renunciar a ciertos alimentos o actividades para recordar el sacrificio de Jesús por nosotros. Estas prácticas nos ayudan a fortalecer nuestra voluntad y a acercarnos más a Dios.
Además de las prácticas tradicionales de la Cuaresma, también podemos aprovechar este tiempo para involucrarnos en obras de caridad y servicio. Podemos ayudar a los necesitados, visitar a los enfermos o hacer voluntariado en nuestra comunidad. Estas acciones nos permiten vivir el amor de Dios y compartirlo con los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús.
La Cuaresma también es un tiempo para la reflexión y el examen de conciencia. Nos permite mirar dentro de nosotros mismos y reconocer nuestros errores y debilidades. Pero también nos da la oportunidad de arrepentirnos y pedir perdón a Dios y a aquellos a quienes hemos lastimado. Al final de la Cuaresma, en el Jueves Santo, tenemos la oportunidad de reconciliarnos con Dios a través del sacramento de la Confesión, recibiendo su misericordia y perdón.
La Cuaresma es un tiempo de gracia y bendición para todos los católicos. Nos ofrece la oportunidad de crecer en nuestra fe, de fortale