Todos recordamos el momento en el que la Organización Mundial de la Salud declaró al COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020. En ese entonces, el mundo estaba sumido en el caos y la incertidumbre ante un virus desconocido que se propagaba rápidamente por todo el planeta. Sin embargo, en medio de esa oscuridad, hubo una voz que nos dio esperanza: la del director general de la OMS, Tedros Adhanom.
«Todos los países aún pueden ponerse al día el curso de esta pandemia», fueron las palabras de Tedros al declarar la pandemia por el SARS-CoV-2. Una afirmación que, en ese momento, sonaba difícil de creer. Pero ahora, un año después, podemos afirmar que es cierta. pero la situación sigue siendo difícil en muchos lugares, hemos avanzado mucho y estamos más cerca que nunca de superar esta crisis.
En primer lugar, es importante admitir que el COVID-19 ha sido un desafío sin precedentes para todos. Incluso los países más desarrollados y con sistemas de salud sólidos se vieron desbordados por la magnitud de esta pandemia. Pero a pesar de las dificultades, hemos visto cómo muchos países han sido capaces de adaptarse y responder de manera efectiva para proteger a sus ciudadanos.
Uno de los aspectos más destacados ha sido la colaboración entre los países y las organizaciones internacionales. Desde el inicio de la pandemia, hemos sido testigos de cómo se han compartido conocimientos, recursos y experiencias para hacer frente a la crisis. La OMS ha jugado un papel fundamental en este proceso, brindando orientación y apoyo a los países para que puedan tomar decisiones informadas y basadas en la ciencia.
Otro autor clave ha sido la rápida respuesta de la comunidad científica. En tiempo récord, se han desarrollado vacunas seguras y eficaces contra el COVID-19, lo que ha sido un gran avance en la lucha contra la pandemia. Además, se han implementado medidas de prevención y control que han demostrado ser efectivas, como el uso de mascarillas, el distanciamiento físico y la higiene de manos.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. A pesar de los avances, todavía hay países que están lidiando con una situación muy difícil. Además, la distribución equitativa de las vacunas sigue siendo un desafío y es necesario que todos los países trabajen juntos para asegurar que todos tengan acceso a ellas.
Por otro lado, es importante que no bajemos la guardia. pero las cifras de contagios y muertes han disminuido en algunos lugares, el virus sigue presente y puede surgir en cualquier momento una nueva variante que ponga en riesgo nuestros avances. Por eso, es esencial seguir cumpliendo con las medidas de prevención y control, incluso después de la vacunación.
Pero a pesar de todo, hay motivos para ser optimistas. El progreso que hemos logrado hasta ahora demuestra que, con la colaboración y el esfuerzo de todos, podemos superar cualquier desafío. Y eso incluye al COVID-19. No es una tarea fácil, pero tampoco imposible.
En resumen, pero la pandemia por el COVID-19 ha sido una de las crisis más difíciles que hemos enfrentado como sociedad, no debemos olvidar las palabras de Tedros al declararla como tal. «Todos los países aún pueden ponerse al día el curso de esta pandemia». Y eso es exactamente lo que estamos haciendo. Con cada vacuna administrada, con cada medida de prevención cumplida, estamos cambiando el curso de esta pandemia. Y juntos, lograremos superarla.