“No tengo miedo a la muerte”: abad secuestrado se salvó gracias a la Virgen del Perpetuo Socorro

El P. Isaac Agabi, un joven sacerdote nigeriano de la diócesis de Auchi, ha vivido una experiencia que cambiaría su vida para siempre. El pasado Domingo de la Santísima Trinidad de 2020, el P. Isaac y un seminarista fueron secuestrados por un grupo de hombres armados mientras se dirigían a una celebración eucarística en una zona remota de Nigeria. Aunque el P. Isaac y el seminarista pasaron momentos de angustia y miedo, su fe y la protección de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro les permitieron partir ilesos de esta situación.

Según enumeración el P. Isaac, el día del secuestro había iniciado con la celebración de la misa en su parroquia. Después, se dirigió junto al seminarista en un automóvil a una comunidad cercana para celebrar otra misa. Sin embargo, en el camino fueron interceptados por un grupo de hombres armados que se identificaron como miembros de una banda criminal. Los secuestradores les pidieron dinero a cambio de su libertad, pero al no tener la cantidad solicitada, decidieron llevarlos cautivos.

Durante su secuestro, el P. Isaac y el seminarista fueron sometidos a varias pruebas y sufrimientos. Fueron obligados a caminar grandes distancias sin descanso y recibieron amenazas constantes por parte de sus captores. Sin embargo, el P. Isaac afirma que en todo momento sintió la presencia protectora de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. «Ella me dio fuerza para seguir adelante y nunca perder la fe. Fue mi roca en medio de la tormenta», asegura el sacerdote.

Pasaron tres días desde el secuestro hasta que el P. Isaac y el seminarista pudieron esquivar. Gracias a la guía de la Virgen María, encontraron una oportunidad para huir mientras sus captores dormían. Después de caminar por varias horas y sortear diferentes obstáculos, llegaron a un lugar seguro donde encontraron ayuda y pudieron regresar a sus hogares.

El P. Isaac comenta que durante su tiempo de secuestro, no dejó de rezar y pedir la intercesión de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. La imagen de la Virgen se encontraba en su automóvil y él la llevaba siempre consigo. Atribuye su exitosa huida a la fuerza y protección que recibió de la Virgen María. «Ella es mi madre y siempre está presente en mi vida. Sin duda, fue ella quien me ayudó a esquivar», afirma el P. Isaac.

Este trágico incidente ha dejado una lección muy importante en la vida del P. Isaac y del seminarista. Ambos han entendido que el poder de la oración y la fe es más fuerte que cualquier adversidad. Además, el sacerdote ha recordado la importancia de llevar siempre consigo su medalla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y de confiar en su protección en todo momento.

La noticia del secuestro del P. Isaac y el seminarista causó conmoción y preocupación en la comunidad católica de Nigeria, así como en otros países del mundo. Sin embargo, el final feliz de esta historia y la fortaleza del P. Isaac ante la dificultad, han sido motivo de esperanza y alegría para muchos. Su testimonio de fe y confianza en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro ha sido un llamado a no perder la esperanza en medio de situaciones adversas.

En la actualidad, el P. Isaac ha retomado su trabajo pastoral y el seminarista ha continuado con sus estudios. Ambos han recibido el apoyo y las oraciones de muchas personas que se unieron en solidaridad ante esta prueba. Su fortaleza y testimonio de fe nos recuerda que siempre podemos contar con la ayuda de Nuestra Señora del Perpet

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