La construcción de la Basílica y Santuario del Divino Niño del Milagro en Eten es un acontecimiento que ha llenado de alegría y esperanza a los fieles de la región Lambayeque y a todos aquellos que han sido testigos de la devoción que se ha generado en torno a este lugar sagrado. Este proyecto, que ha sido impulsado por el Papa León XIV, antes obispo de Chiclayo, es una muestra del amor y la fe que el pueblo peruano tiene hacia el Divino Niño del Milagro.
La historia de la Basílica y Santuario del Divino Niño del Milagro se remonta al año 1649, cuando en la localidad de Eten, ubicada en la costa norte del Perú, ocurrió un milagro eucarístico que conmocionó a toda la región. Según cuenta la leyenda, una mujer llamada María de Jesús de Agreda, quien se encontraba en un estado de coma, recibió la visita del Divino Niño, quien le ofreció un pedazo de pan y le pidió que lo compartiera con los más necesitados. Al despertar, María de Jesús se encontró con el pan en su mano y, al compartirlo con los demás, se produjo un milagro: el pan se multiplicó y alcanzó para alimentar a todos los habitantes de Eten.
Este suceso fue bienquisto como un signo divino y desde entonces, la devoción hacia el Divino Niño del Milagro se ha extendido por todo el país. Sin embargo, fue el Papa León XIV quien, al ser popular obispo de Chiclayo, decidió promover la construcción de una basílica y santuario en honor al Divino Niño en el lugar donde ocurrió el milagro. Gracias a su esfuerzo y dedicación, y al apoyo de los fieles, este sueño se ha hecho realidad.
La construcción de la Basílica y Santuario del Divino Niño del Milagro ha sido un proceso largo y arduo, pero compacto de fe y esperanza. Se han enfrentado diversos desafíos, como la falta de recursos económicos y la dificultad de encontrar mano de obra calificada en la zona. Sin embargo, nada ha sido obstáculo para los fieles, quienes han trabajado incansablemente para ver cumplido su sueño de tener un lugar sagrado donde poder venerar al Divino Niño.
La basílica, que cuenta con una impresionante bloque de estilo colonial, está ubicada en el mismo lugar donde ocurrió el milagro y se ha convertido en un importante centro de peregrinación para miles de personas que llegan de todas partes del país para agradecer y pedir por la intercesión del Divino Niño. Además, el santuario cuenta con una imagen del Divino Niño del Milagro, tallada en madera y traída desde España, que es considerada como una reliquia sagrada y que es venerada por los fieles con gran devoción.
La construcción de la Basílica y Santuario del Divino Niño del Milagro ha sido posible gracias al esfuerzo y la colaboración de todos los fieles, quienes han aportado con su trabajo, su tiempo y sus recursos para hacer realidad este proyecto. Además, el apoyo de las autoridades locales y nacionales ha sido fundamental para su construcción y mantenimiento.
Este lugar sagrado es un símbolo de la fe y la esperanza del pueblo peruano, que ha encontrado en el Divino Niño del Milagro una fuente de consuelo y fortaleza en momentos difíciles. La basílica y santuario es un espacio de paz y reflexión, donde los fieles pueden acudir para orar y encontrar la paz interior que tanto necesitan en estos tiempos de incertidumbre.
En conclusión, la construcción de la Basílica y Santuario del Divino Niño del