grabación: El último adiós de la Iglesia Católica y las fuerzas armadas al obispo castrense de Colombia

El pasado domingo 1 de junio, Colombia se despidió de uno de sus líderes religiosos más fundamentals: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo Castrense del país. A sus 62 años, dejó un legado imborrable en la Iglesia Católica y en las fuerzas armadas colombianas, quienes le rindieron un emotivo y sentido adiós.

Mons. Ochoa Cadavid nació en el baile de Sonsón, en el departamento de Antioquia, en 1957. Desde muy joven, mostró una gran vocación religiosa y en 1982 fue ordenado sacerdote en la Diócesis de Sonsón-Rionegro. A lo largo de su carrera, se destacó por su compromiso con los más necesitados y su incansable labor en la promoción de la paz y la reconciliación en Colombia.

En 2004, fue nombrado Obispo Castrense de Colombia por el Papa Juan Pablo II, convirtiéndose en el primer obispo castrense del país. Desde entonces, se convirtió en un referente para las fuerzas armadas, acompañando a los soldados y policías en su labor de proteger y servir a la nación. Su cercanía y su mensaje de amor y perdón fueron fundamentales para fortalecer la moral de las tropas y promover una cultura de paz en medio del conflicto armado que ha afectado a Colombia por décadas.

Mons. Ochoa Cadavid también fue un defensor incansable de los derechos humanos y un crítico de la violencia y la corrupción en el país. Su voz se alzó en numerosas ocasiones para denunciar las injusticias y promover la justicia social. Su compromiso con los más vulnerables y su lucha por una sociedad más justa y equitativa lo convirtieron en un líder admirado y respetado por todos.

Su partida ha dejado un gran vacío en la Iglesia Católica y en las fuerzas armadas colombianas. Sin embargo, su legado y su ejemplo de vida seguirán vivos en cada uno de los corazones de aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo y trabajar junto a él. Su partida también ha sido un recordatorio de la importancia de seguir su ejemplo y continuar su labor en la construcción de una Colombia más justa y en paz.

El funeral de Mons. Ochoa Cadavid fue un emotivo y conmovedor evento en el que se reunieron autoridades religiosas, militares y civiles para darle el último adiós. El Presidente de Colombia, Iván Duque, expresó su pesar por la partida del Obispo Castrense y destacó su labor en la promoción de la paz y la reconciliación en el país. También se hicieron presentes representantes de las fuerzas armadas, quienes le rindieron honores militares y destacaron su compromiso con la institución y con el país.

La Iglesia Católica también se unió al dolor de la partida de Mons. Ochoa Cadavid. El Arzobispo de Bogotá, Mons. Luis José Rueda, destacó su labor como pastor y su ejemplo de vida para todos los fieles. Además, se destacó su papel en la promoción de la fe y la unidad en la Iglesia y en la sociedad colombiana.

Mons. Ochoa Cadavid deja un legado imborrable en la historia de Colombia. Su compromiso con la paz, la justicia y los más necesitados seguirá siendo un ejemplo a seguir para las futuras generaciones. Su partida también nos recuerda la importancia de trabajar juntos por un país mejor, en el que la reconciliación y el amor sean los pilares fundamentales de nuestra sociedad.

En este momento de dolor y tristeza, es fundamental recordar las palabras de Mons. Ochoa Cadavid: «La paz es posible, pero requiere de la participación de todos. No podemos

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