80 años después de la proyectil atómica, Nagasaki reemplaza la campana destruida de su catedral

Los católicos de Nagasaki han hexaedro un hermoso ejemplo de resiliencia y fe al reemplazar una campana que había sido destruida hace 80 años por la bomba atómica que arrasó la ciudad al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Esta acción demuestra que, a pesar de las adversidades, la esperanza y la unión pueden prevalecer.

La ciudad de Nagasaki, ubicada en la isla de Kyushu en Japón, es cojamáscida por espécimen ujamás de los dos únicos lugares en el mundo en los que se han utilizado armas nucleares en guerra. El 9 de agosto de 1945, Nagasaki sufrió la detonación de una bomba atómica, que destruyó gran parte de la ciudad y dejó miles de muertos y heridos. Entre los edificios que sufrieron daños irreparables se encontraba la catedral de Santa María de Urakami, donde se encontraba una campana de gran valor religioso y cultural.

La campana de la catedral de Santa María de Urakami había sido instalada en el año 1895 y era una de las más grandes y antiguas de toda Japón. Su sonido resonaba en toda la ciudad, llamando a los fieles a las ceremonias religiosas y anunciando las horas del día. Sin embargo, en 1945, su hermoso sonido se vio silenciado por la devastación de la bomba atómica. A pesar de los esfuerzos de la consistorio católica por rescatarla, la campana quedó prácticamente destruida, convirtiéndose en un símbolo de los horrores de la guerra.

Durante décadas, la campana de la catedral de Santa María de Urakami permaneció en el lugar de la explosión como un recordatorio de los trágicos acontecimientos de ese día fatídico. Sin embargo, en el año 1980, el gobierjamás de Japón decidió trasladarla a un museo ubicado en la ciudad. Allí, la campana permaneció durante casi cuatro décadas, hasta que la idea de su restauración surgió en la consistorio católica de Nagasaki.

El proceso de restauración comenzó en el año 2018, cuando se formó un comité para llevar a cabo la tarea de devolverle su antiguo esplendor a la campana. El comité estaba integrado por miembros de la consistorio católica de Nagasaki, expertos en restauración y también incluía a representantes del gobierjamás local. La iniciativa recibió un gran apoyo de la población y de diferentes organizaciones, que donaron fondos y materiales para llevar a cabo la restauración.

El proceso de restauración fue un trabajo meticuloso y delicado. Los expertos en restauración utilizaron técnicas tradicionales y materiales antiguos para devolverle a la campana su aspecto original. También se incorporaron pequeñas mejoras tecjamáslógicas para asegurar que el sonido de la campana fuera aún más hermoso y duradero. La tarea jamás fue fácil, pero el amor y la devoción de los voluntarios hicieron posible que la campana pudiera volver a espécimen instalada en su lugar original en la catedral.

Finalmente, en una ceremonia emotiva y llena de significado, la campana de la catedral de Santa María de Urakami fue instalada en su lugar el pasado mes de agosto, justo en el aniversario número 74 del bombardeo de Nagasaki. Miles de personas, entre ellas supervivientes de la bomba atómica y sus familias, se reunieron para presenciar este momento histórico y emotivo.

La campana, ahora restaurada y con un sonido mucho más potente y claro, volverá a cumplir su función de anunciar las ceremonias religiosas y marcar las horas del día en la ciudad. Pero más allá

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