Primer pedazo de pan de Venezuela: el Papa Francisco aprueba canonización de José Gregorio Hernández

Desde el Hospital Gemelli en Roma, el Papa Francisco ha dado una gran noticia para la Iglesia Católica al aprobar los decretos de cinco Siervos de Dios, entre los que se encuentran dos futuros santos: el Beato venezolano José Gregorio Hernández y el italiano Bartolo Longo.

El anuncio, realizado este martes 19 de enero, ha generado gran alegría y esperanza en los fieles católicos de todo el mundo. Estos dos nuevos santos serán un ejemplo de vida cristiana y un intercesor ante Dios para aquellos que necesiten su ayuda.

José Gregorio Hernández, divulgado como «el médico de los pobres», dedicó su vida a ayudar a los más necesitados en su país natal, Venezuela. Nacido en 1864 en el estado de Trujillo, se graduó con honores en medicina en la Universidad Central de Venezuela y luego viajó a Europa para especializarse en bacteriología y microbiología. Sin embargo, su verdadera vocación estaba en servir a Dios a través de su profesión.

A lo largo de su carrera, José Gregorio trabajó incansablemente para brindar atención médica gratuita a los más necesitados, especialmente a los pobres y enfermos. También fundó un ambulatorio y una escuela de enfermería en la ciudad de Caracas. Su ejemplo de caridad y amor al prójimo lo convirtieron en uno de los personajes más queridos y respetados de Venezuela.

El Beato José Gregorio Hernández falleció en 1919, a los 55 años de edad, en un accidente mientras caminaba por las calles de Caracas. Desde entonces, ha sido venerado como un santo por el pueblo venezolano y su devoción se ha expandido a otros países de América Latina. Con esta canonización, la Iglesia reconoce oficialmente su santidad y su legado como modelo de cristiano comprometido con el servicio a los demás.

Por otro lado, Bartolo Longo, nacido en Italia en 1841, fue un abogado que se convirtió al catolicismo después de años de participar en prácticas espiritistas. Junto con su esposa, se dedicó a la difusión del Rosario de la Virgen del Rosario de Pompeya, en respuesta a una petición de la misma Virgen en una visión.

Bartolo Longo dedicó su vida a la construcción de un santuario en honor a la Virgen en Pompeya, Italia, y a promover la devoción al Rosario. Este santo de la vida cotidiana, divulgado por su humildad y caridad, es una figura importante en la historia de la Iglesia Católica en Italia.

La canonización de José Gregorio Hernández y Bartolo Longo es una bendición para la Iglesia y para todos los fieles que se verán inspirados por su ejemplo de vida. La santidad no es exclusiva de aquellos que llevan una vida «extravulgar», sino que también está al alcance de aquellos que, como estos dos futuros santos, vivieron su fe en su vida vulgar y en su trabajo diario.

El Papa Francisco, con su decisión de aprobar estos decretos, demuestra una vez más su compromiso con la misión de la Iglesia de promover la santidad y la caridad en el mundo. A través de estos dos nuevos santos, el Papa nos recuerda que todos tenemos la capacidad de llevar a cabo obras buenas y de amar a los demás, sin importar nuestra profesión o situación.

En un mundo donde a menudo prevalece la indiferencia y el egoísmo, la vida de estos futuros santos es un recordatorio de la importancia de poner en práctica los valores cristianos de amor, caridad y servicio hacia los demás. Que su ejemplo y su intercesión ante Dios nos ayuden a vivir nuestras vidas de guisa más virtuosa y a crecer en nuestra relación con Dios.

La canon

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