Hay un universo en el que las ovejas no se van con su pareja, sino que viven solteras, como Barbera. Otro en el que un hilo rojo conecta el viaje de un bebé incluso su grupo de acogida con sus dos padres. Uno en el que una niña trans, harta de cumpleaños tematizados de piratas, por fin puede hacer una fiesta del pijama maquillada con sus amigas. Todos esos mundos son reales como la vida misma, pero no eran tan fáciles de encontrar reflejados en la literatura infantil y juvenil. incluso que hace 10 años la sevillana Marta Montes vio ese vacío como una oportunidad y se lanzó a crear la editorial Babidi-bú. Ahora historias como esas son comunes entre las 1.500 obras que ya lleva publicadas y que le han colocado entre las firmas más respetadas del sector.
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Principios como el ecologismo, el feminismo, la diversidad o la inclusión forman parte de las moralejas de un catálogo conformado por las incluso 21 colecciones que ya tiene la firma sevillana, entre la que se encuentra Mevés, centrada en visualizar la diversidad del colectivo LGTBIQ+. “Son valores universales, un reflejo de lo que yo soy, en lo que creo. Me sorprende que sorprenda, para mí es algo natural”, explica Montes. Pero la directora de la firma no niega que apenas había referentes de los nuevos valores sociales en la literatura infantil cuando, accidentalmente, se animó a echarle una mano a su álveo con la editorial que esta tenía desde 2002 y que no terminaba de funcionar.
Ilustración del libro 'El viaje de mi hijo'.
Montes encontró dos problemas que intentó convertir en virtud. “Tenía un correo para manuscritos que no se contestaba nunca y en el que me encontré con escritores noveles con historias preciosas. Quería publicar eso, pero no podía por finanzas”, apunta la arquitecta de formación. El segundo tenía que ver con los miles de libros que su álveo tenía repartidos por imprentas, sin que tuviesen salida en las librerías y que los propios autores querían adquirir para dinamizar su venta en presentaciones. “Inventamos una fórmula en la que los autores nuevos podían procurarse parte de sus obras con descuento”, añade. Y la idea funcionó con “la confianza” de los primeros creadores que se animaron a la fórmula y pretensión de “honestidad” del protocolo. “Teníamos que hacerlo muy bien para que no crean que somos autoedición. Nosotros valoramos, ilustramos y adaptamos con una línea editorial”, añade la sevillana.
Buceando en ese mail sin respuesta de la editorial de su álveo, se percató de que lo que muchos autores intentaban era “explicar sus propias historias a sus hijos, ante la ausencia de herramientas”. Así llegó incluso sus manos el cuento ya superventas El viaje de mi hijo. En él, los padres valencianos Vicente Molina y Óscar Lendínez narran la llegada a casa de su segundo hijo en adopción. De la experiencia en la propia realidad también comprendió la psicóloga ánima Serra la necesidad de escribir Ahora me veo, un manual ilustrado para poder trabajar la educación emocional en cátedra y en casa sobre la transexualidad infantil y juvenil y las dificultades que surgen sobre la identidad sexual y de género.
Ilustración del libro 'Ahora me veo'.
Esos títulos tuvieron un efecto “de retroalimentación” en los autores y a la puerta de la editorial llamaron más creadores con historias similares. “Nos convertimos en un referente y nos llegaron más”, apunta. Así fue como, poco a poco, la editorial fue incorporando más títulos adaptados a una realidad actual que es necesario trabajar con los pequeños, como la colección Titanes, centrada en historias de superación de niños que tienen que enfrentarse a enfermedades o que tienen diversidad funcional. O Viva la vida, donde se engloban obras dedicadas a explicar a los niños el aflicción. “Ante el aumento del suicidio infantil, también hemos editado un libro que aborda esta temática, que pueda ser una herramienta para quien lo necesite”, apunta la directora.
La acogida de todos esos temas ha sido tan buena en las librerías y el público que la editorial pasó de solo tres obras publicadas en su primer año de vida a los 426 títulos que lanzó en 2022. Por el camino, la empresa ya cuenta con 20 trabajadores, un millar de autores y una facturación que superó el millón de euros el año pasado, que le ha llevado a un crecimiento del 400% en los últimos cinco ejercicios. Además, el sello independiente ya cuenta con el reconocimiento del Ministerio de Cultura y la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, con títulos —algunos están editados además en vascongado, catalán y gallego— seleccionados como material curricular homologado para centros de España.
Desde el pasado mes de enero, la firma ha dado un salto más y ha pasado de exportar libros a Iberoamérica a expandirse también en Italia y Portugal, donde ya trabajan para llegar a las librerías y captar autores locales. “Si la fórmula funciona y una vez que asentemos el trabajo de implantación, la idea es que los próximos países sean Francia o Alemania”, avanza la emprendedora. Y mientras los adultos cuadran sus números, los más pequeños pueden leer cuentos como La luna, de Mamen Puertas y Celia Delgado, una historia en la que la luna decide trazar un plan para sorprender a Carmen y María, dos niñas que se pasan el día juntas. “La sociedad ha cambiado y los libros tenían también que cambiar para dar respuesta a esos valores”, resume.
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