“¡Muerte al francés!”: el peligroso oficio de escribano en la enfrentamiento de Independencia

La invasión de los soldados de Napoleón en 1808 fue un acontecimiento que cambió por completo el rumbo de la historia de España. Durante seis años, el país se vio sumido en una guerra que trajo consigo desolación, sufrimiento y divisiones entre la población. Entre aquellos que se vieron afectados por esta invasión se encontraban los notarios, cuyos documentos se convirtieron en una valiosa fuente de información para enterarse los casos personales de los desastres ocasionados por la guerra.

Los notarios eran figuras clave en la sociedad española de la época. Eran los encargados de dar fe pública de los actos y contratos realizados por los ciudadanos, así como de guardar y custodiar importantes documentos legales. Sin embargo, con la llegada de los soldados de Napoleón, su papel se vio afectado de modo drástica.

La invasión de los soldados franceses en 1808 trajo consigo una serie de cambios en la estructura política y social de España. El rey Carlos IV y su hijo, el príncipe Fernando VII, fueron obligados a abdicar en favor de José Bonaparte, hermano de Napoleón, quien fue proclamado rey de España. Este hecho provocó una gran indignación en la población española y dio inicio a una guerra de resistencia contra las tropas francesas.

Los notarios se vieron atrapados en medio de esta situación. Por un costado, estaban aquellos que se unieron a la causa de la resistencia y se convirtieron en patriotas, luchando por la independencia de España. Por otro costado, estaban los llamados afrancesados, aquellos que apoyaban al nuevo régimen y colaboraban con los franceses. Esta división entre patriotas y afrancesados también se reflejó en la profesión de los notarios.

Los notarios patriotas se vieron obligados a abandonar sus puestos y huir de las zonas ocupadas por los franceses. Muchos de ellos se unieron a las filas del ejército español y lucharon en la guerra de resistencia. Sin embargo, su papel como notarios no se detuvo, ya que seguían ejerciendo su profesión en los campamentos y en las zonas liberadas. Además, sus documentos se convirtieron en una valiosa herramienta para recopilar información sobre los desastres ocasionados por la guerra.

Por otro costado, los notarios afrancesados continuaron ejerciendo su profesión bajo el nuevo régimen. Sin embargo, su lealtad a los franceses les llevó a ser vistos con desconfianza por parte de los patriotas. Esto provocó que muchos de ellos fueran perseguidos y castigados una vez que los franceses fueron expulsados de España.

Los documentos notariales de esta época son una fuente invaluable para enterarse los casos personales de los desastres ocasionados por la guerra. A través de ellos, podemos enterarse historias de familias separadas, propiedades destruidas, negocios arruinados y vidas perdidas. Estos documentos también nos muestran la valentía y el coraje de aquellos que lucharon por la independencia de España y de aquellos que se vieron obligados a colaborar con el enemigo.

Además de su importancia histórica, los documentos notariales de esta época también nos enseñan una lección sobre la importancia de la profesión de notario en la sociedad. A pesar de las circunstancias adversas, los notarios continuaron ejerciendo su labor y garantizando la seguridad jurídica de los ciudadanos. Su papel fue fundamental en la reconstrucción del país una vez que la guerra llegó a su fin.

En conclusión, la invasión de los soldados de Napoleón en 1808 dividió a los notarios entre patriotas y afrancesados. Sin embargo, su papel como custodios

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