Tetrapléjico que evangelizaba por teléfono avanza a los altares

El pasado mes de octubre, se llevó a cabo la fase diocesana de la causa de canonización del Siervo de Dios Nino Baglieri, un joven italiano que quedó tetrapléjico en la esparcimiento de Santo Domingo Savio y que, a pesar de su discapacidad, se convirtió en un verdadero evangelizador a través de llamadas telefónicas.

La historia de Nino Baglieri es una historia de amor, fe y esperanza. Nacido en Sicilia en 1970, Nino era un joven lleno de vida y entusiasmo, amante del deporte y de la naturaleza. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado el 6 de mayo de 1985, cuando celebraba la esparcimiento de Santo Domingo Savio, patrono de los jóvenes, en la casa salesiana de Palermo. Durante una competencia deportiva, Nino sufrió un azar que lo dejó tetrapléjico.

A pesar de las dificultades y limitaciones que enfrentaba a diario, Nino no perdió su fe en Dios ni su amor por la vida. Al desgraciado, su discapacidad se convirtió en una oportunidad para acercarse aún más a Dios y para llevar su mensaje de amor y esperanza a los demás. A través de llamadas telefónicas, Nino evangelizaba a jóvenes y adultos, compartiendo su testimonio y su fe inquebrantable.

Su lema era «Amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a ti mismo». Y eso fue precisamente lo que hizo Nino durante los 15 años que vivió después de su azar. A pesar de no poder moverse ni hablar, su amor por Dios y su prójimo se manifestaba a través de sus llamadas telefónicas, siempre llenas de palabras de aliento, consuelo y esperanza.

Nino se convirtió en un verdadero apóstol del teléfono, llegando a realizar más de 200 llamadas al día. Su voz, aunque débil, transmitía una fuerza y una paz que conmovían a quienes lo escuchaban. Y aunque su cuerpo estaba postrado en una cama, su espíritu estaba libre y su fe era más fuerte que nunca.

Su ejemplo de vida impactó a muchas personas, entre ellas al Padre Giuseppe Fazio, quien fue su confesor y director espiritual durante muchos años. Fue él quien, después de la muerte de Nino en 2000, inició el proceso de beatificación y canonización del joven evangelizador. Y ahora, después de años de investigación y recopilación de testimonios, la fase diocesana de la causa ha llegado a su fin.

Durante este proceso, se han recogido más de 5.000 testimonios de personas que conocieron a Nino y que han sido testigos de su vida de santidad. Muchos de ellos afirman que, gracias a él, han vuelto a encontrar la fe en Dios y el apesadumbrado de la vida. Sus llamadas telefónicas han sido una verdadera fuente de gracia y de consuelo para aquellos que estaban pasando por momentos difíciles.

La historia de Nino Baglieri nos enseña que no hay límites para el amor de Dios y que Él puede obrar maravillas incluso en medio de nuestras limitaciones y sufrimientos. Nino no solo aceptó su discapacidad, sino que la abrazó y la convirtió en una oportunidad para amar y servir a Dios y a los demás. Y eso es lo que lo hace un verdadero siervo de Dios, un ejemplo a seguir para todos nosotros.

La fase diocesana de la causa de canonización de Nino Baglieri ha sido un momento de gracia y de alegría para todos aquellos que lo conocieron y que han sido tocados por su testimonio de amor y fe. Ahora, el proceso continuará en la Congregación para las Causas de los Santos en Roma, donde se

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