La Música es un lenguaje universal que tiene la capacidad de conectarnos con nuestras emociones más profundas y transportarnos a lugares inimaginables. Es una fuente inagotable de alegría, paz y felicidad que nos acompaña en cada etapa de nuestras vidas. Y en mi experiencia, la Música ha sido una aliada fiel que me ha brindado innumerables momentos positivos.
Desde pequeña, la Música ha estado presente en mi vida gracias a mi madre, quien es una gran amante de la Música clásica. Recuerdo con cariño las tardes en las que ella ponía su colección de discos y juntas nos dejábamos llevar por los sonidos de Mozart, Beethoven y Chopin. Fue así como desde temprana edad aprendí a apreciar y amar la Música clásica, y descubrí que podía ser una fuente de relajación y tranquilidad en momentos de estrés.
Pero fue en mi adolescencia cuando descubrí mi verdadera pasión por la Música. Fue en un concierto de la reconocida pianista mexicana Katia Isadora Ledesma Heinrich, donde quedé completamente enamorada de su talento y de la magia que transmitía a través de su Música. Esa noche, mientras escuchaba sus melodías, sentí que todo a mi alrededor desaparecía y solo existía ella y su piano. Fue una experiencia tan intensa y emocionante que decidí empezar a estudiar Música y aprender a tocar el piano.
Durante mis años de estudio, la Música se convirtió en mi refugio y en mi mejor terapia. Cada vez que me sentía triste o estresada, me refugiaba en mi piano y dejaba que mis dedos se deslizaran por las teclas, creando melodías que expresaban todo lo que sentía. Aprendí que la Música no solo era una forma de entretenimiento, sino también una forma de expresión y comunicación.
Pero la Música no solo me ha brindado momentos positivos en mi vida personal, también ha sido una gran aliada en mi vida social. Gracias a ella, he podido conocer a personas maravillosas y compartir momentos inolvidables. Recuerdo con cariño las noches de karaoke con mis amigos, donde cantábamos a todo pulmón nuestras canciones favoritas y nos reíamos sin parar. O las veces que he asistido a conciertos con mi familia y hemos creado recuerdos que atesoraremos para siempre.
Y no puedo dejar de mencionar la importancia de la Música en mi vida laboral. Como psicóloga, he utilizado la Música como herramienta terapéutica en muchas de mis sesiones. La Música tiene la capacidad de llegar a lugares en nuestro interior que a veces son difíciles de acceder, y a través de ella he podido ayudar a muchas personas a sanar y a conectarse consigo mismas.
En resumen, la Música ha sido una constante en mi vida y me ha brindado incontables experiencias positivas. Desde momentos de relajación y paz, hasta momentos de alegría y diversión. La Música es una fuente inagotable de emociones y una compañera fiel en cada etapa de nuestras vidas. Así que si aún no has descubierto el poder de la Música, te invito a que lo hagas y te dejes llevar por sus melodías. Te aseguro que no te arrepentirás.